(Sí, me ha costado escribir esa palabra).
Los que ya llevamos un tiempo en esto del marketing digital hemos visto evoluciones de todo tipo. Con decirte que lo primero que hice de SEO fue dar de alta directorios, que eran los “buscadores” de la época…
El caso es que el SEO ha tenido muchos años de estabilidad: un player dominante (Google), con unas reglas cambiantes y cada vez más complejas, pero dentro de un marco más o menos estable, con un único enemigo.
Hoy en día, el trabajo del SEO de “posicionar esta web entre los mejores resultados en Google” no ha muerto, pero agoniza. La guerra del día a día, la del SEO contra Google, ya no es el 99% del SEO. Ahora el SEO ha de incluir todo tipo de players y formatos:
- Amazon: hay una generación entera que usa Amazon como buscador de productos. Y eso es SEO.
- RRSS, especialmente TikTok: arrasando entre las generaciones más jóvenes, ya no buscan en Google, lo hacen directamente en TikTok. Y eso es SEO.
- IA y resultados generativos: si tu IA de cabecera te da una respuesta construida es porque ha elegido los “mejores” contenidos para construirla. Y eso es SEO.
Los SEOs de hoy no pueden limitarse a adaptar webs: tienen que mapear dónde busca su audiencia, priorizar esos canales, y diseñar estrategias de visibilidad específicas para cada uno. No se trata solo de ser encontrado: se trata de ser relevante en cada búsqueda, en cada plataforma.
Porque hay preguntas que aún no nos hacemos lo suficiente: si nuestros clientes están en TikTok (por poner un ejemplo), ¿optimizamos la web para Google o dedicamos ese esfuerzo en que nuestros vídeos de TikTok sean encontrables y vistos?
En este nuevo entorno, antes de decidir qué optimizar, hay que hacerse tres preguntas: ¿Dónde busca mi audiencia? ¿Qué formato consume? ¿Qué plataformas prioriza?
Lo sé, soy un friki algo masoquista, pero me encantan los cambios de paradigma.