Seguro que te ha pasado: un cliente llega con prisas, quiere lanzar “ya” y, cuando empiezas a trabajar, te das cuenta de que no tiene clara su estrategia, sus objetivos o qué espera realmente de la agencia. ¿Resultado? Retrasos, frustraciones y un cliente que no renueva. Pérdida de tiempo y dinero.
Si yo montase una agencia (publicidad, eventos, desarrollo, etc.), tengo claro qué haría para tener clientes de largo recorrido, de los que se convierten en partners y sostienen el modelo de negocio: antes de firmar ningún contrato me aseguraría de que saben lo que están contratando, de que tienen claro el “para qué”:
✔️ ¿El cliente tiene clara su estrategia? ¿Sabe hacia dónde va el trabajo de la agencia? ¿Ha validado el producto o servicio?
✔️ ¿Entienden el trabajo que les va a suponer a ellos? ¿Están dispuestos a poner esas horas encima de la mesa?
✔️ ¿Tienen claros los objetivos? ¿Son realistas? ¿Entienden el riesgo de que las cosas no salgan bien? ¿Tienen plan B?
Si de esas preguntas no sale un “sí” claro, párate. Pregúntate si merece la pena dar un paso atrás y no empezar a trabajar aún, y si merece la pena meter una capa previa de consultoría, de educación, de ayudar al cliente a estar preparado. Porque ¿cuántos clientes han dejado de trabajar contigo porque no sabían realmente lo que querían desde el principio?
Para esos casos (que seguro que los tienes a patadas), ten en tu cartera de servicios la posibilidad de hacer consultoría de negocio y planes de marketing. Y no tienes por qué hacerlo con recursos propios: trabajar con un Fractional CMO externo puede ser la mejor solución para tu agencia.
Sin costes fijos, ganas dos cosas: un porcentaje de ese trabajo y, sobre todo, un cliente que estará encantado de trabajar contigo y con el que será muchísimo más fácil colaborar. Puede ser la diferencia entre clientes a corto plazo y clientes que se quedan.
Y tú, ¿conoces muchos casos de fracasos en la relación cliente/agencia por tener las expectativas mal ajustadas?
